Protegiendo el Mar Menor

En 2016, una eutrofización extrema, un crecimiento masivo de algas causado por la descarga de nutrientes, principalmente de la agricultura, volvió verde el agua y mató al 85% de las algas marinas en el mar Menor, frente a las costas de Murcia, una de las lagunas de agua de mar más grandes de Europa. Miles de peces quedaron varados en la costa, sin poder respirar debido a la falta de oxígeno resultante de la degradación del exceso de algas y los cambios en la salinidad.

Ahora la gente local está furiosa. Los expertos señalan con el dedo a la industria agrícola, que exporta principalmente verduras a países europeos como el Reino Unido, Alemania y Francia, como el principal contaminador. El problema son los nitratos provenientes del riego intensivo de cultivos, así como los deficientes sistemas de alcantarillado en las localidades aledañas a la laguna, que han crecido dramáticamente desde la década de 1960, y los vertidos de las actividades mineras. Más de dos décadas de regulaciones laxas no han ayudado.

¿Una nueva solución?, y esperemos que la definitiva: se ha apostado por la idea de otorgar derechos legales al Mar Menor, reconociéndolo como una «persona» jurídica.

La ambiciosa propuesta reconoce el derecho de la laguna a “existir como un ecosistema” y ser protegida y preservada por el gobierno y los residentes. De aprobarse la propuesta, la laguna estaría representada por tres grupos: tutores legales, un comité de seguimiento de “protectores” y un consejo científico asesor. Además, cualquier ciudadano o persona jurídica podría presentar una demanda en nombre del Mar Menor.

Este modelo no es completamente nuevo: países como Nueva Zelanda, Ecuador e India albergan cuerpos de agua o ecosistemas a los que se les han otorgado privilegios legales. En Colombia, en 2016, la corte constitucional reconoció al río Atrato como persona jurídica. El Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible se convirtió en su tutor legal y se estableció una comisión de “protectores” para cuidar el río.

Quizás el caso más similar al Mar Menor es el del lago Erie, uno de los Grandes Lagos que se extiende a ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y Canadá. Al igual que el Mar Menor, el lago Erie estaba contaminado por fertilizantes agrícolas. En 2019, después de un referéndum de los ciudadanos de Toledo, Ohio, se le otorgó al lago el estatus de entidad legal.

Con el respaldo de la ONG que hace campaña por la preservación del Mar Menor, Terese Vicente Giménez, profesora de Filosofía del Derecho en la Universidad de Murcia, presentó la iniciativa en el parlamento español en julio. Ahora Vicente Giménez y otros activistas de diversos orígenes profesionales se están preparando para lo casi imposible. Tienen nueve meses para reunir medio millón de firmas para que la iniciativa sea votada en el parlamento.